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Elogio al cipote (Lisístrata – Aristófanes)

Aristófanes es un comediógrafo griego contemporáneo de Eurípides y Sófocles.  Y hay que decirlo: es un autor bastante guarrete, tal y como he podido comprobar. Sería una especie de Mariano Ozores de la Antigua Grecia, con chistes recurrentes sobre penes, vaginas y fornicio en general. Sorprenden los diálogos picantones como:

– «No hay amante ni marido que se me acerque en erección».

«(…) terrible es también lo que nos pasa, si la gente ha visto que nos hemos masturbado».

– «Sólo quiero joder».

El argumento de «Lisístrata» parte de una premisa muy divertida: para frenar las continuas guerras entre atenienses, espartanos, laconios y demás polis griegas, Lisístrata propone a las mujeres de todos los bandos contendientes que se abstengan de mantener relaciones sexuales con sus maridos hasta que no se decrete  la paz.  «Debemos abstenernos del cipote», afirma Lisístrata. Al principio la mayoría son reticentes: «Otra cosa, cualquier cosa que quieras. Incluso, si hace falta, estoy dispuesta a andar por fuego. Eso antes que el cipote, que no hay nada comparable, Lisístrata, guapa». Hay determinados momentos en que se pronuncian frases incómodas para el lector actual, como cuando preguntan a Lisístrata qué pasa si se niegan y el marido las pega.

Finalmente Lisístrata consigue que todas pronuncien un divertido juramento en el que  se compromenten a realizar la huelga sexual. Seguidamente se encierran en la Acrópolis, donde se guardaba el tesoro ateniense, para evitar que los hombres  sigan financiando la guerra. Hay una escena muy graciosa en la que uno de los maridos, Cinesias, va a buscar a su mujer, Mírrina, totalmente cachondo. La conversación transcurre así:

CINESIAS: Mirrinita, encanto, ¿por qué haces eso? Baja aquí.
MÍRRINA: No, por Zeus, yo ahí no bajo. (…) Me marcho.
CINESIAS: No, no. Escucha por lo menos al niño. (al NIÑO) Tú, ¿no llamas a mamaíta?
NIÑO: Mamaíta, mamaíta, mamaíta.
CINESIAS. (A MÍRRINA.) Tú, ¿qué sientes? ¿Ni siquiera vas a tener lástima del niño que lleva sin lavar ni mamar seis días?
MÍRRINA: Sí me da lástima, que tiene un padre bien descuidado.
CINESIAS. Dichosa mujer, baja, por el niño. (…). (Para sí.) La encuentro mucho más joven y de mirada más tierna. Sus enfados hacia mí y sus humos, eso mismo es lo que me tiene destrozado de deseo.

Después de varias idas y venidas de Mírrina, el acto no se consuma para desesperación de Cinesias.

Ante esta situación los contendientes acceden a negociar las condiciones de la paz intentando ocultar la erección que tienen bajo la túnica.

Con bastante ironía se alude a la consideración «cariñosa» que se tenía de la mujer por aquella época. Bebedoras, arteras, de poco fiar… Sin embargo, bajo el liderazgo de Lisístrata, consiguen vencer a los ejércitos griegos sin derramar una gota de sangre. El triunfo del ingenio femenino frente al belicismo de los varones.

Varios siglos después el guionista y dibujante alemán Ralf König realizó una versión de «Lisístrata» en la que introdujo una divertida vuelta de tuerca: los guerreros, ante la huelga sexual emprendida por sus mujeres, empiezan a practicar la homosexualidad. En la obra original ya se apunta algo de eso, cuando uno de los griegos comenta que la única salida sería cepillarse al afeminado de la comunidad.

2 comentarios el “Elogio al cipote (Lisístrata – Aristófanes)

  1. Eso Licenciado, mejor los clásicos 😉

  2. ¡Eeeeeeeeeeeeh! ¡Un comentario! ¡Increíble!

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